Como se comentó anteriormente la energía solar captada por plantas, arbustos, árboles y otros seres fotosintéticos, permite el uso de la denominada energía biomásica o de la biomasa.
Una de las aplicaciones más comunes de este tipo de energía es la producción de biocombustibles. Éstos se pueden clasificar en sólidos (leñas, pellets, etc.), líquidos (bioetanol y biodiésel) o gaseosos (biogás y gas de gasificación).
Ya que existe una gran variedad de posibilidades, en cuanto a tipos de biomasa a explotar, no puede realizarse una comparación entre países.
En España, el potencial de residuos agrícolas en el año 2005 fue de 5.768.563 toneladas. Las producciones de bioetanol y de biodiésel fueron, respectivamente, de 257.000 y 150.000 toneladas
(World Energy Council 2011).
Para comprender mejor el funcionamiento de este tipo de energía se presenta a continuación el siguiente vídeo.
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